O salutaris Hostia

Pieza musical de:
texto de Santo Tomás de Aquino; música de Lorenzo Perosi
Testimonio de:
Roberto Navarrete
Experiencia en:
Cárcel de Santiago, noviembre de 1973 - abril de 1974

La galería de los presos políticos de la Cárcel de Santiago se constituyó cuando trasladaron un montón de gente desde el Estadio Nacional en octubre o noviembre de 1973.

Yo estuve primero en el Estadio. Tenía 18 años cuando me tomaron preso.

Los presos políticos estábamos en la galería 5. Entre otros, había periodistas, médicos, actores y un senador.

Nuestra galería estaba cercana a la galería donde estaban recluidos los militares constitucionalistas de la Fuerza Aérea, incluyendo el padre de Michelle Bachelet(1951-) Presidenta socialista de Chile en 2006-2010 y 2014-2018..

Las actividades públicas que realizábamos en la Cárcel eran jugar fútbol, ajedrez, ping pong y una variedad de talleres de formación.

Había un coro. No me acuerdo cuándo o cómo exactamente se formó.

La mayoría de los integrantes eran mucho mayores que yo. El director era un preso político y había sido diácono cuando joven. El coro sonaba bonito.

Sólo me recuerdo de una obra que cantamos: “O salutaris Hostia”, que era una canción religiosa interpretada a varias voces.

Me recuerdo de ésta porque yo nunca habría cantado una canción de este tipo. Yo era totalmente ateo. Tenía además una cierta resistencia interna: ¿cómo íbamos a estar cantando cantos religiosos si nosotros cantábamos canciones revolucionarias?

Como nadie leía música, en los ensayos el director tiene que habernos dicho “ya, esta voz suena así, y la otra así”.

La pasábamos bien en los ensayos. A todos los que estábamos ahí nos gustaba cantar. 

Cantamos “O salutaris Hostia” en varios eventos organizados por los presos políticos, inclusive uno en que fuimos a cantarles a los presos comunes. Fue una sensación de haber hecho un buen trabajo.

El oficial de Gendarmería a cargo de nosotros (suboficial Chandía) nos daba arengas y nos decía “los presos políticos son muy malevolentes.”

Entre nosotros llamábamos al oficial “el malevolente”. Entonces para demostrarle que éramos serios, le cantábamos “O salutaris Hostia”.

Me imagino que debe haber quedado bien impresionado ya que estaba acostumbrado a tratar con presos comunes.


Claves:

Publicado: 23 octubre 2015

O salutaris Hostia
quae coeli pandis ostium
bella premunt hostilia
da robur, fer auxilium.
Uni trinoque Domino
sit sempiterna gloria
qui vitam sine termino
nobis donet in patria.
Amen.


Traducción
O Salvador sacrificado
quien nos abre la puerta del cielo
danos sustento, tráenos auxilio.
Mientras hostilidades nos abruman.
Que la Sagrada Trinidad
esté en la Gloria Eterna
y que nos otorgue
vida sin fin en nuestra patria.
Amen.


Testimonios relacionados:

  • Himno a la alegría  Amelia Negrón, Campamento de Prisioneros, Tres Álamos, 31 de diciembre de 1975

    Todos los preparativos se intensificaban para esa noche de miércoles. Iba a ser una noche diferente, nos habíamos organizado en secreto entre nosotras, pero más importante aún, nos habíamos organizado con los compañeros presos.

  • Himno a la alegría  Renato Alvarado Vidal, Campamento de Prisioneros Cuatro Álamos, 1975

    Érase una vez un lobito bueno…Ah no. Ésa es otra historia.

  • La madre del cordero  Servando Becerra Poblete, Campamento de Prisioneros Chacabuco, 9 de noviembre  de 1973 - 10 de noviembre de 1974

    Recitaba este poema en el Estadio Nacional. Seguí haciéndolo en Chacabuco, por esta razón los compañeros me apodaban Venancio.

  • La madre del cordero  Servando Becerra Poblete, Campamento de Prisioneros, Estadio Nacional, 9 de noviembre  de 1973 - 10 de noviembre de 1974

    Recitaba este poema en el Estadio Nacional. Seguí haciéndolo en Chacabuco, por esta razón los compañeros me apodaban Venancio.

  • Casida de las palomas oscuras  Luis Alfredo Muñoz González, Campamento de Prisioneros Cuatro Álamos, febrero - marzo 1975

    Los científicos dicen que el lugar de la memoria y el procesamiento de la música del cerebro se ubica en la parte ancestral y profunda de éste, donde es celosamente guardada.